DE PECES Y CIEMPIÉS


Hola

quiero decirte que
he matado
al ciempiés azul.
Fue a plena luz del día,
utilicé el peso (infernal)
que aplasta a cualquier ser.

¿Cómo estás?

Yo ahora soy de agua.
En mi aliento
viven peces
el mar huele a menta
y hay preguntas rasgando
como aristas de metal
aquel resplandor nuestro.

¿Duermes más?

En el tercer peldaño
del aire
el tejido de mis sombras
vagamente
sueña en terciopelo.

¿Vives más?

Yo desaparecí sin saberlo
se me despegó
de imprevisto
tu forma de quererme
y ahora tengo peces
en la lengua
y el silencio que
tanto me recriminaste
y he matado
al ciempiés azul
porque se comió
tus besos más lentos.

¿Sientes más?

Yo percibo un ruido
de arena en mis dedos
casi toco el vacío acolchado
de las no respuestas
y en ocasiones
se me escapa una piel.

No te pregunto más.

Tendrás cosas que hacer,
redecorar tu vida
ir a la compra
olvidarme.

Solo quería decirte que
maté al ciempiés azul
porque intentaba morder
el pedacito
que aún conservo
de ti.

Fue en defensa propia,
después
caí al mar.



Comentarios

  1. Un placer este paseo a través de su web, de peces y ciempiés y peldaños que caen al mar, Ms Ana. Un saludo desde mi humilde nebulosa.

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  2. Ana, qué inmenso placer leerte. El mar huele a menta, mato contigo al ciempiés azul... pues no queda más remedio.

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    1. Muchas gracias, Carmen. Matémoslo pues, y luego caigamos al mar de los sueños de terciopelo.

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